La exposición de Aitor Ortiz «Impresiones íntimas» que podemos encontrar en Tabakalera es una experiencia única. La sala está en penumbra, los paneles están suspendidos y las fotografías están colocadas de una forma que parece un poco aleatoria. Pero poco a poco nos damos cuenta de que forman una melodía llena de blancas, corcheas y silencios. Grandes silencios. Entras como en una catedral o en un teatro y la voz se vuelve susurro.
Las fotografías con sus esquinas redondeadas son muy del universo gaudiano. Son imágenes entre místicas y misteriosas, íntimas. Algunas te llevan a pensar en macrofotografía de plantas, en otras ves pequeños detalles que definen la arquitectura de Gaudí en su totalidad. Es una exposición en la que tenemos que dejar que el ambiente nos bañe para poder disfrutarla del todo, no hay que verla con prisa. Os recomiendo verla una vez en su totalidad y luego ir entrando a ver un panel, una serie y dejaos envolver por la magia.