Este sábado acudí a un taller de introducción a la fotografía pigmentaria. El método del carbón transportado nos hizo viajar al siglo XIX. Javier de Reparaz nos explicó todo el proceso, nos dió trucos para conseguir mejores resultados. Fue muy, muy generoso. Nos pasó unos apuntes con todo lo que se debe saber, con el enlace a la «Biblia» del carbón transportado, nos enseñó los productos y las técnicas que utiliza, nos contó su evolución con la humildad de los grandes. Porque cuando más sabio es alguien menos le importa transmitir sus conocimientos.
Pudimos hacer dos tissús y «revelarlos» sobre papel y cristal. Yo tuve la suerte de poder llevarme la copia en papel, con esos negros tan profundos, esa definición increíble. Y como broche final tuvimos una visita guiada por la exposición que tiene montada hasta el 25 de agosto en Cristina Enea en San Sebastián. Me he enamorado de esos bosques por los que puedes pasear. Sobre todo del azul que me parece el súmmum de la delicadeza.
En su página web nos explica el proceso, nos muestra los artículos en los que se inspiró. Como dice Javier: «Es un hombre de la tiza» y se nota. Transmite la información de una forma didáctica y amena. Si tenéis la suerte de dar un taller con él no os lo perdáis.
