Mi cuaderno de notas no podía empezar de otra forma que homenajeando a mi madrina y tía abuela que fue una viajera incansable. Visitó países cuando el turismo era casi algo nuevo y yo he heredado sus álbumes de fotos.
Y a mi padrino, que me regaló una cámara de fotos en mi primera comunión y no he dejado de hacer fotos desde aquel momento. Uno de mis tíos hacía fotos todo el rato y mi madre desde siempre ha montado unos álbumes de viajes increíbles. Yo creo que el gusanillo fotográfico lo tengo grabado en mis genes.