Llevo años queriéndome apuntar a grabado, pero por circunstancias de la vida no consigo coincidir en las horas. Así que cuando mi madre me regaló un taller de grabado con goma de para la última semana de mis vacaciones me puse a dar botes de alegría. ¡Por fin iba a trastear con las tintas, el tórculo, los rodillos y los papeles!
Lo bueno de este taller es que une dos de mis pasiones, jugar con todo lo que me caiga en la mano y la fotografía. Este tipo de grabado no se basa en la fotografía propiamente dicha pero al utilizar fotocopias como matrices puedes integrar tus fotografías en la pieza. Arantza Gabino tuvo una paciencia de santa y al final conseguí dos piezas de las que me siento satisfecha. Tengo muchas pruebas que seguro que utilizo para algo.
A veces, tenemos la idea de que la fotografía se acaba cuando revelamos. Y muchas veces no es más que la semilla donde apoyar nuestros proyectos. Por eso es importante no sólo mirar libros o exposiciones de fotos. Hay que «cultivarse». Leer novelas, o ensayos, ir al cine, oír música, pasear, pintar… o apuntarse a talleres de tipos de fotografía que no son de nuestro estilo, siempre se saca alguna lección que nos servirá para ampliar nuestro mundo.
