La novela de Pedro Mairal, «Salvatierra» nos da la pista de cómo después de que desaparecen las personas de nuestra vida es cuando nos damos cuenta de que nos faltan muchos huecos por rellenar. Conocemos historias que se cuentan del pasado, batallitas que nos han contado nuestros abuelos pero normalmente obviamos la experiencia y la vida de nuestros padres. Hemos vivido con ellos, hemos crecido a su lado pero muchas veces sólo conocemos una cara de ellos. La naturaleza hace que nos distanciemos y queramos ser diferentes a ellos y nos importan más o menos sus historias de juventud. Yo tengo la suerte de que mi madre nos cuenta historietas y tiene una memoria prodigiosa pero mi padre murió y me doy cuenta de que hay muchas lagunas en su historia: ¿Por qué quiso estudiar ingeniería? ¿Se enamoró de alguien antes de conocer a mi madre? ¿Cuál era el mejor recuerdo de su infancia? ¿Qué olores le traían a su juventud? ¿Qué sintió cuando nos cogió por primera vez?
Por eso el libro «Salvatierra» de la editorial Libros del Asteroide, es un libro imprescindible para que nos demos cuenta de que lo que más importa de una vida son las experiencias y los ratos que pasamos con nuestros seres queridos.
Es una novela corta, de las que no quieres dejar hasta llegar al final. Tienes todas las piezas al principio pero da igual, sigues los pasos de Miguel como si tú también estuvieses allí y desearías que esa pintura fuera real. Yo he imaginado un mundo cercano al de Chagall pero un poco más etéreo. En parte eso es lo divertido, cada uno se inventa su propia obra.
1 comentario en «El cuadro sin fin de Salvatierra»
Que cierto es todo lo que escribes. Nunca les conocemos del todo, y cuando somos adultos y nos gustaría saber más…o ya no están y nos arrepentimos de no haber hecho más por conocerlos.