He tenido una celebración familiar donde se han expuesto fotografías que tienen más de 70, 50 ó 30 años. Donde nos hemos visto crecer. Donde hemos recordado que nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros tíos también fueron jóvenes. Donde hemos recordado momentos de nuestra infancia o adolescencia. Donde recordamos los muertos o a los que no han podido acudir. Con esa pizca de nostalgia teñida de risas y suspiros.
Aunque para mí siempre ha sido importante la fotografía como recuerdo, puede que al cumplir ya unos cuantos años le de más importancia a su papel de memoria histórica. Tanto de la historia con H mayúscula como la de la historia más común y cotidiana de una familia o de una época. Donde a través de la fotografía recordamos hechos que teníamos dormidos en la memoria. Donde las nuevas generaciones pueden ver de dónde proceden. Y aunque se rían de las pintas que podíamos llevar, esas imágenes quedan como cimientos de su protohistoria.
Esto me lleva a pensar en los emigrantes, en los refugiados, en los desplazados y en los que son tocados por desastres naturales que se ven desprovistos de esta «memoria táctil», de esos recuerdos atrapados en un trozo de papel fotográfico.
Así que recuperar archivos de lugares en guerra, en conflicto… creo que ayudarían a mucha gente a mirar al pasado y construir su futuro.
2 comentarios en «La fotografía como memoria familiar»
¡ qué bonita visión de la fotografía y de la familia!
Gracias. Es que es lo más importante.