El sábado 29 de enero en la sala de actos del Museo de San Telmo descubrimos a un personaje muy interesante: Thibault Tourmente. Nos presentó sus fanzines, las planchas de su «Inventario Desrazonado» con las que ha montado varias exposiciones, la maqueta de su último trabajo y su primer trabajo.
Thibault empezó pintando, después investigó con Polaroids: haciendo collages, cosiéndolas, metiéndolas en el microondas… No se considera buen fotógrafo, pero es un artista así que tiene que buscar una forma de expresarse. En ese momento vive en París, en el barrio donde se concentran todos los brocantes. Va acumulando libros, revistas que los buquinistas tiran porque ya no les interesan. Por diversas circunstancias tuvo que ir a vivir a Capbreton y tuvo que abandonar casi todo lo que había ido guardando.
En Francia existen unas «cajas» en la calle donde se dejan los libros que ya no se quieren y que cualquiera se los puede llevar. Empezó a pasarse todos los días para ver que se podía llevar y seguía haciendo collages con esas imágenes. Se dio cuenta de que la forma en la que creaba sus collages ya estaba muy desarrollada y su trabajo no aportaba nada nuevo. Se encontró fue una enciclopedia médica. De allí nacen asociaciones como la que ha hecho entre la representación de la escoliosis y los cuerpos en movimiento de los bailarines de otro libro que encontró. La escoliosis deja de ser una representación de una enfermedad para empezar a conversar con otras fotografías y convertirse en una forma nueva de lenguaje artístico.
En sus fanzines dialogan imágenes médicas, esotéricas y etnográficas. Las premisas que sigue son: que sean imágenes sin reencuadrar, que las haya conseguido gratuitamente, y que no tengan que ver aparentemente unas con otras. No tiene una única lectura, cada uno se cuenta una historia; y una misma persona dependiendo del día que tenga puede interpretar algo completamente diferente. Hoy en día estamos más acostumbrados a ver publicaciones en las que se cuida el menor detalle, del papel a la tipografía y es muy agradable recordar que existen publicaciones que se pueden hacer con imágenes, tijeras, cola y una fotocopiadora o una impresora casera.