O la locura de hacer un fotolibro durante el confinamiento. Todo surgió a principios de marzo. Tereza Uzeda comentó a Gabriela Cendoya-Bergareche la posibilidad de hacer algo desde la experiencia del confinamiento. A través de Facebook se lanzó la idea y al final nos apuntamos 48 fotógrafos de varios países de Europa. Lo bonito de esta experiencia ha sido no sólo ver la visión que tiene cada uno de este periodo sino que desde el principio nació con vocación de dar algo a los que no tuvieron ni un momento de descanso: los sanitarios.
Hacer las fotografías no fue nada fácil. En mi caso, tenía muchas ganas de participar pero no conseguía tener ideas. Y por lo que luego se comentó esto fue la norma. El confinamiento nos dejó en estado de shock. Las neuronas se quedaron paradas. Pero con esfuerzo pudimos enviar las imágenes a tiempo. Puede que no sean las mejores pero sí las más sinceras. Así ha salido un libro de factura oscura en sus imágenes pero lleno de esperanza en su concepción.
Hemos agotado la primera tirada, esperemos que haya más. El dinero recaudado ya ha sido enviado en forma de material médico al servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Punta Europa en Algeciras. Es material médico imprescindible, como las mascarillas, los guantes y las batas desechables. Creo que todos nos sentimos más orgullosos de esta parte del proyecto que de ver tus fotografías en un libro.
