O como un libro infantil te puede enseñar la importancia de la maquetación de un fotolibro. El otro día bajé a la biblioteca de mi barrio. Es una biblioteca pequeña en la que la sección infantil es la más importante. Estaba Gurutze, mi bibliotecaria de cabecera y como sabe que me gustan los libros ilustrados me enseñó dos muy interesantes. El que os muestro ahora parece un libro bastante «absurdo» o básico, pero si nos fijamos bien tiene otra lectura más profunda.
Todo el libro está construido alrededor de cuatro palabras: Niño, huevo, perro, hueso y de las variaciones que podemos hacer con ellas. En el primer dibujo se ve a un niño sentado en una mesa comiendo un huevo y un perro con un hueso en el suelo, pero pasamos a la página siguiente y el perro y el niño han cambiado de posición, y así con todas las combinaciones posibles.
Nos podemos quedar con la anécdota, pero también podemos ver cómo el cambio de los elementos en un discurso, en una película, en una exposición, en una noticia… hacen que interpretemos las cosas de diferentes formas. Por eso hay que tener mucho cuidado cuando montamos un fotolibro para que refleje la idea que tenemos. En libro el autor lleva al espectador de la mano, pero en una exposición el visitante la recorre según su propia idea y ahí la lectura de nuestro proyecto puede ser muy diferente al punto de vista desde el que queremos contar nuestra idea.
2 comentarios en «Orden en la narración»
Muchas gracias, María, por lo que me toca. A mí también me recomendaron anteriormente el libro y he seguido la cadena… Además, es muy gratificante compartir lecturas contigo 😉
Tener una bibliotecaria de cabecera es un lujo.