Sarah Glidden acompaña a dos amigos periodistas y a un ex-marine a Turquía, Siria e Irak cuando van a realizar unos reportajes . Sus amigos investigan sobre el impacto de la guerra de Irak y los refugiados. Ella se queda al margen y transcribe lo que va ocurriendo. Lo que descubrimos no son grandes historias, sino que al observar cómo viven los diferentes personajes que se cruzan nos damos cuenta de la devastación que conlleva una guerra.
Sarah no se posiciona, refleja la visión de cada una de las personas. Deja que sea el lector el que saque sus propias conclusiones. No es un cómic que sorprende a la primera pero deja un poso en nuestra memoria. Pregunta qué es el periodismo, si sirve para mover las conciencias y cambiar el mundo. Da una definición de periodismo que me gusta: «Todo lo que sea informativo, verificable, responsable e independiente» En este mundo donde las noticias falsas están a la orden del día los periodistas deberíamos tener la vocación de contar la verdad, ya sé que no es la verdad absoluta pero sí los hechos lo más asépticamente posible, sin juicios de valor y apoyándonos en el contexto, la historia y las circustancias.
Por eso me gusta este cómic, no enjuicia, aunque sí transforma, pero da voz a las diferentes opiniones, puede que con una visión un tanto «infantil» pero honesta. Recomendable.
