En esta época de confinamiento hay gente que se pregunta que qué va a hacer con tantas horas metido en casa. Me dan pena porque ahí se ve que no tienen aficiones-pasiones, y con ello curiosidad e inquietud. Ahora en que estos días la cultura salva de muchos momentos de angustia y aburrimiento. Y con las nuevas tecnologías tenemos todo un mundo, virtual, abierto delante de nuestros ojos.
Podemos bucear en nuestras bibliotecas, yo al menos tengo más libros de los que me he leído. Confieso que soy una compradora compulsiva de libros. Si no tengo una pila de unos diez sin leer no me quedo tranquila. Es un problema, lo sé, pero lo asumo. Existen miles de blog de fotografía que seguro que los hemos leído rápidamente entre una tarea y otra, ahora tenemos tiempo para releerlos despacio. Podcast para escuchar, fotografías que ver. Autores a descubrir. Fotos a hacer en casa, proyectos a terminar… O recetas para experimentar, música que escuchar, dibujos que sólo nos gustarán a nosotros mismos, o limpieza de primavera a hacer.
Yo sigo pintando fotos, creando historias, leyendo libros y aprendiendo. Y también, riendo con la familia através del WhatsApp o de esas llamadas en la que nos contamos tonterías o recordamos historietas… Es verdad que echo de menos la calle, pero hay que tener ánimo y pensar que con un poco de buena voluntad poco a poco volveremos a la normalidad.
Ojalá que sepamos ver en este aislamiento un periodo para reflexionar que es de verdad lo importante.
